Tras tanta desinformación que ha surgido a través de internet en torno a la vacuna de COVID-19, la Doctora Risa Hoshino, pediatra de salud pública, publicó a través de su cuenta de instagram una serie de imágenes en las que desmiente 8 de los más comunes mitos respecto a la vacuna que han circulado últimamente en redes sociales.
Mito #1: La vacuna causa infertilidad
Sobre este mito, la doctora afirma que no es verdad y que salió a partir de que alguien afirmó que debido a que el virus COVID tiene una secuencia de aminoácidos (bloque de construcción de proteínas) muy corta que se parece mucho a la de una proteína que se encuentra en la placenta, de alguna manera el sistema inmunológico “atacará a ambos”
Al respecto la doctora afirma que si bien es un argumento que pareciera razonable en un principio, no hay forma plausible de que esto suceda biológicamente debido a que la secuencia es increíblemente corta.
“Si este mito fuera cierto, ¿qué no veríamos más pérdidas tempranas del embarazo relacionadas con COVID? Hasta ahora ese no es el caso.”
Sin embargo, aclara que contraer COVID es un evento de alto riesgo para un embarazo y puede dañar tanto a la madre como al bebé de muchas otras formas, razón por la cual recibir la vacuna antes de quedar embarazada sería beneficioso para la madre y para el bebé.
Mito #2: Pero la gente ha muerto por al vacuna del COVID…
“Nada puede estar más lejos de la verdad”, afirma la doctora.
“He revisado los documentos de la FDA y Pfizer (más de 100 páginas) y he asistido a todas las reuniones del VRPAC (Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados) y del ACIP (Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización) (las más de 30 horas) con respecto a la vacuna Pfizer y puedo decir con seguridad que nadie murió por la vacuna COVID o cualquier vacuna aprobada”.
Hubo cuatro personas que se encontraban en el grupo de placebo (los que no reciben la vacuna) que fallecieron y las dos personas que murieron en el grupo de la vacuna fue debido a sus enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y derrames cerebrales, ambos casos sin relación a la vacuna.
Por desgracia, hay personas que fallecen por otras causas y los ensayos de las vacunas no pueden evitar que tal cosa suceda.
Mito #3: El ARNm altera su ADN
Sobre este mito, la doctora afirma de manera rotunda que no existe ninguna forma de que esto pueda suceder pues el ADN vive dentro del núcleo de las células que tienen doble capa de protección y el ARNm no puede ingresar a dicho núcleo, permanece en el citoplasma (líquido que rodea el núcleo)
“No escuches a nadie que intente convencerte de que hay otras formas en que esto puede suceder a través de ‘otro mecanismo’.”
Mito #4: La vacuna causa Parálisis de Bell
La parálisis de Bell es una parálisis temporal que afecta únicamente a un lado de la cara y es completamente tratable.
Este mito surgió debido a que se presentaron cuatro casos de este tipo de parálisis en el grupo vacunado frente a cero en el grupo que recibió placebo en un total de más de 43 mil personas.
La frecuencia de dichos casos en el grupo de vacunados es menor de la esperada en la población general, razón la que no se puede concluir una relación causal, sin embargo, estos casos serán monitoreados de cerca.
Mito #5: ¡Si ya tuve COVID o si estoy sano, no necesito la vacuna!
Esto tampoco es verdad, pues la infección natural otorga una inmunidad completamente variable e incluso ha habido casos de reinserción en personas que ya se enfermaron de COVID en el pasado.
Se ha demostrado que la vacuna induce una mejor respuesta inmunitaria que la que produce al infección natural.
El contar con un historial previo de COVID no es una contraindicación para recibir la vacuna, especialmente a quienes son considerados como “grupo de alto riesgo”.
Las personas “sanas” también deben vacunarse, pues ha habido miles de personas “jóvenes y sanas” que han fallecido debido al COVID-19. Nadie está a salvo.
“Además, el 40-45% de los esparcidores de COVID son portadores sin síntomas; la ciencia sugiere que esta vacuna disminuirá en gran medida la propagación entre las personas” explica.
Sobre esto aclara que, de igual forma, es importante esperar la confirmación de los datos de transmisión el próximo año.
Mito #6: La vacuna COVID causa COVID y autismo
“La vacuna COVID no puede causar COVID. No hay forma biológica de que esto pueda suceder. Nunca.” afirma.
Es importante entender que para la vacuna de ARNm ni siquiera se utiliza el virus completo, es sólo la proteína de pico, la que no causa enfermedad, por lo que biológicamente no hay forma de que pueda causar dicha enfermedad.
Sobre el autismo, explica que ninguna vacuna ha sido causa de dicha afección. El mito surgió a raíz de un “estudio” falsificado que afirmó que las vacunas causar autismo.
Mito #7: La vacuna del COVID causa una “mejora dependiente de anticuerpos” y enfermedad autoinmune
Respecto a esto, la doctora afirma que no es verdad, pues la mejora dependiente de anticuerpos es un fenómeno muy poco común en el que los anticuerpos realmente empeoran la enfermedad, sin embargo, esto no es posible con COVID.
Si esto sucediera con COVID, se hubiera sabido desde antes, ya que se ha administrado plasma convaleciente (anticuerpos COVID) a pacientes enfermos todo este tiempo.
Y en cuanto a las enfermedades inmunes, aclara que las vacunas modernas y actuales no están asociadas con enfermedades autoinmunes en múltiples estudios epidemiológicos que se han realizado.
Por el contrario, se ha demostrado que el COVID y otros virus pueden causar enfermedades autoinmunes y, de tenerlas, las pueden empeorar, razón por la que recibir la vacuna realmente sería una protección.
Mito #8: La incidencia de alergias en el Reino Unido significa que la vacuna no es segura
Este mito surgió a raíz de que dos trabajadores de la salud de Reino Unido experimentaron reacciones anafilactoides que se resolvieron inmediatamente con tratamiento, ambos contaban con sus propios EpiPen (inyección de epinefrina, tratamiento médico de emergencia para tratar reacciones alérgicas).
Reino Unido declaró que las personas que tengan alergias graves (que requieren EpiPen) deben evitar recibir la vacuna hasta que se realicen más investigaciones al respecto.
Las vacunas muy rara vez causan reacciones alérgicas graves (1 de cada 1.4 millones de dosis), pero con cualquier medicamento o vacuna es posible que llegara a pasar.
Pfizer sólo excluyó a las personas que habías presentado alergia hacia alguna vacuna previa o a cualquier componente de la vacuna, pero no se excluyó a las personas con alergias del estudio.
Según el ACIP, el estudio de Pfizer tuvo a 6,000 personas en cada grupo con antecedentes de alergia; no hubo ningún tipo de diferencia en las reacciones alérgicas entre ambos grupos.
A partir del 12/12 en los Estados Unidos el ACIP recomendó que las personas que tienen antecedentes de alergias a una vacuna anterior o a cualquier tipo de terapia inyectable eviten la vacuna, y aquellos que tengan antecedentes de alergias a otras cosas, deben de ser observados en un centro médico durante 30 minutos, pero deben de recibir la vacuna.
“Incluso si usted fuera uno de los casos muy raros de reacción alérgica, puede recibir tratamiento rápidamente”.
No se han presentado eventos adversos graves que estén asociados con esta vacuna o con cualquier vacuna moderna y actual.
A medida que más personas reciban la vacuna COVID, se seguirán viendo efectos secundarios extraños que podrían resultar desagradables, pero no debe de ser motivo de alarma, aclara la doctora, pues debido a la gran rareza de dichos casos, los pros siguen superando ampliamente a los contras.
Ninguna vacuna o medicamento está completamente libre riesgos, pero los expertos creen que la seguridad relativa de esta vacuna es sobresaliente.
Dentro de los efectos secundarios de la vacuna, es común presentar fiebre, dolores corporales y de cabeza, especialmente tras recibir la segunda dosis, y por lo general estos duran de 14 a 48 horas; esto es normal y significa que se están produciendo anticuerpos.
