El pasado 14 de diciembre, las autoridades del Reino Unido informaron a la Organización Mundial de la Salud (WHO por sus siglas en inglés) que fue identificada una nueva variante del SARS-CoV-2 mediante una secuenciación genómica viral.
Esta nueva variante se conoce como SARS-CoV-2 VUI202012/01 (Variante en investigación, año 2020, mes 12, variante 01)
El primer análisis realizado a dicha variante indica que puede propagarse de manera más fácil entre las personas.
Actualmente, se están realizando distintas investigaciones que tienen como finalidad determinar si esta variante está asociada con algún cambio en la gravedad de los síntomas, la respuesta de los anticuerpos o incluso con la eficacia de la vacuna.
De esta nueva variante se detectaron 1,108 casos infectados en el Reino Unido hasta el 13 de diciembre del año en curso.
Esta variante fue detectada mediante una investigación epidemiológica y virológica que se inició a principios de diciembre del 2020, después de un aumento inesperado en el número de casos de COVID-19 al sureste de Inglaterra, que se caracterizó por un aumento de más de treces en la tasa de notificación de casos en 14 días desde la semana epidemiológica 41 a la semana 50 (del 5 de octubre al 13 de diciembre del 2020).
En ese periodo de tiempo, más del 50% de los aislamientos fueron identificados como cepa variante en el sureste de Inglaterra y el análisis retrospectivo rastreó la primera variante identificada hasta Kent, al sudeste de Inglaterra, el 20 de septiembre del 2020, tras el que siguió un rápido aumento de la misma variante identificada a finales de noviembre.
La mayor cantidad de los casos de COVID-19 en los que se ha presentado esta variante se han producido en personas menores de 60 años.
La WHO ha proporcionado una guía provisional (insertar link) para proporcionar a los países un enfoque basado en el riesgo para el proceso de toma de decisiones, esto con la finalidad de calibrar las medidas de mitigación del riesgo relacionadas con los viajes internacionales y con el objetivo de reducir la exportación, importación y la transmisión ulterior del SARS-CoV-2 durante los viajes, evitando al mismo tiempo interferencias innecesarias con el tráfico internacional.