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Más de 200 muertos por inundaciones en España

En cuestión de minutos, las inundaciones repentinas causadas por los intensos aguaceros caídos en el este de España arrasaron con todo a su paso. Sin tiempo para reaccionar, la gente quedó atrapada en vehículos, casas y negocios. Muchos murieron y miles de vidas quedaron destrozadas.

Cinco días después, las autoridades han recuperado 217 cadáveres, 213 de ellos en la región oriental de Valencia. El domingo seguía la búsqueda de un número indeterminado de desaparecidos con la ayuda de unos 5,000 soldados.

Una multitud enfurecida en la ciudad de Paiporta arrojó lodo y otros objetos a al rey Felipe VI y la reina Letizia, al presidente del gobierno español Pedro Sánchez y a funcionarios regionales cuando los líderes realizaban el domingo su primera visita al epicentro de los daños causados por las inundaciones.

Miles de voluntarios están ayudando a los afectados a limpiar la densa capa de barro que cubre viviendas y calles llenas de escombros, mientras persisten los cortes de luz y agua y la escasez de algunos productos básicos. En el interior de algunos vehículos que el agua arrastró hasta formar pilas o estrellarse contra edificios, todavía hay víctimas mortales por identificarse.

La gestión de esta crisis, calificada de nivel dos en una escala de tres por el gobierno de Valencia, está en manos de las autoridades regionales, que pueden pedir ayuda al gobierno central para que se movilicen recursos.

A pedido del presidente valenciano, Carlos Mazón, del conservador Partido Popular, el presidente del gobierno socialista, Pedro Sánchez, anunció el sábado que durante el fin de semana se incorporarán 5,000 soldados más a las labores de rescate, limpieza de escombros y reparto de suministros.

El gobierno enviará también a otros 5,000 policías nacionales a la región, agregó Sánchez. 

Sobre el terreno hay ya unos 2,000 soldados de la Unidad Militar de Emergencias, la primera fuerza de intervención del Ejército ante catástrofes naturales y crisis humanitarias, además de casi 2,500 agentes de la Guardia Civil, que han realizado 4,500 rescates durante las riadas, y 1,800 policías nacionales.

Cuando muchos de los afectados dijeron sentirse abandonados por las autoridades, una marea de voluntarios se lanzaron a la calle para ayudar. Cargados con escobas, palas, agua y alimentos básicos, en los últimos días miles de personas han recorrido varios kilómetros a pie para repartir suministros y colaborar en la limpieza de las zonas más afectadas.

Se espera que el gobierno de Sánchez apruebe el martes la declaración de zona catastrófica, lo que permitirá a los afectados acceder rápidamente a ayudas económicas. Mazón ha anunciado ayudas económicas adicionales.

El gobierno valenciano había sido criticado antes por la demora en el envío de alertas móviles, que llegaron a las 8 de la noche del martes, cuando algunos pueblos ya habían comenzado a anegarse, más de 12 horas después de que la agencia meteorológica española decretó la alerta roja por lluvias..

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