Desde el pasado domingo el gobierno estadounidense comenzó a deportar a miles de migrantes, principalmente haitianos, retenidos en un campamento improvisado bajo el puente ubicado en Del Río, localidad que conecta Ciudad Acuña (Coahuila) con Texas.
Al intentar regresar a Estados Unidos a través del río Grande, agentes de la patrulla fronteriza cortaron el paso de más de 10 mil personas que habían sido regresadas a su país.
Dicha caravana también estaba conformada por cubanos, venezolanos y nicaragüenses.
El jefe de la Patrulla Fronteriza estadounidense, Raúl Ortiz, informó este domingo que aquellos que aún no habían sido devueltos habían sido trasladados a centros de detención.
“Trabajamos las 24 horas del día para mover rápidamente a los migrantes del calor y de debajo de este puente a nuestras instalaciones para procesar y removerlos de Estados Unidos de acuerdo con nuestras leyes y nuestras políticas”, dijo Ortiz en conferencia de prensa en el puente.
Algunos de los haitianos que fueron deportados e intentan regresar a Estados Unidos han señalado que no se les permitió llevar consigo sus pertenencias al ser llevados de regreso a su país de origen.
