Foto: Proceso
El exobispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, se quiso consagrar como precandidato a diputado por Edomex… pero luego, por mandamiento del Papa se retractó: “sería como vender mi progenitora por un plato de lentejas”. Amén.
Como en este país ya nada se respeta, pues a un ministro de culto se le hizo fácil dar el brinco de la Iglesia al Estado gracias al partido Fuerza por México.
En entrevista con Mario Marín para Milenio Televisión, el ministro emérito acepta que cuenta que fue invitado por el partido y hasta asistió al registro.
No crean que por un pecaminoso lugar en la política, sino por la purificación del servicio público, para no ser como otros que:
“…no saben que decir y están sentados ahí para levantar la mano”, dijo el ministro sin dar colores, se dice el pecado, no el pecador.
Pero Cepeda, al final tuvo una revelación; no abandonaría el ministerio por “una pendejada de tres años”.
La iluminación se la dio el Papa, a través del nuncio Franco Coppola, le advirtió que de ser candidato, pondría en riesgo su obispado.
Digo, eso se lo dicen del lado de la ley de Dios, pero aquí hubiera enfrentado un problemita, el artículo 14 de la Ley de Asociaciones religiosas y Culto Público.
